EL CARTERO SIEMPRE LLAMA DOS VECES

Reseña crítica
Por Juan Pablo Monroy Quintero

 


Cuadro de texto: Título original: The Postman Always Rings Twice / Año: 1946 / Duración: 113 min. / País: Estados Unidos Estados Unidos / Dirección: Tay Garnett / Guion: Harry Ruskin, Niven Busch (Novela: James M. Cain) / Música: George Bassman / Fotografía: Sidney Wagner (B&W) / Reparto: Lana Turner, John Garfield, Cecil Kellaway, Hume Cronyn, Leon Ames, Audrey Totter, Alan Reed / Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Género: Cine negro. Intriga. Drama. Romance | Crimen. Gran Depresión. Años 30. Película de culto-
Cuadro de texto: Título original: The Postman Always Rings Twice / Año: 1946 / Duración: 113 min. / País: Estados Unidos Estados Unidos / Dirección: Tay Garnett / Guion: Harry Ruskin, Niven Busch (Novela: James M. Cain) / Música: George Bassman / Fotografía: Sidney Wagner (B&W) / Reparto: Lana Turner, John Garfield, Cecil Kellaway, Hume Cronyn, Leon Ames, Audrey Totter, Alan Reed / Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Género: Cine negro. Intriga. Drama. Romance | Crimen. Gran Depresión. Años 30. Película de culto-



No siempre la fórmula de un triángulo amoroso es ganadora. Para que exista cierto grado de interés en estas tramas de atracciones fatales se debe centrar el foco precisamente en los grados de deseo y culpa que experimentan los personajes, y es en este punto donde El cartero siempre llama dos veces trasciende.
Cora Smith, interpretado por Lana Turner, representa a una mujer con los elementos clásicos del cine negro (film noir), belleza, ambición y pocos escrúpulos. Con la inverosímil apariencia glamorosa de una dama burguesa que se dedica a atender un restaurante que en algún momento se vuelve un bar. En el establecimiento comercial se teje una historia con tres personajes cuyas motivaciones van de la curva descendente del abuelo “bonachón”, Nick Smith, que ya no le presta mucha atención a su negocio ni a su esposa, pasando por la necesidad de una bella joven para asegurarse un futuro a través de la fortuna de Nick, hasta las aspiraciones inconexas de un joven andariego que casualmente llega al lugar indicado para trabajar y perseguir sus instintos masculinos.
Con este pequeño universo, el director Tay Garnett logra sembrar una necesidad voyerista de ver cómo estos nuevos enamorados podrían salirse con la suya, llevándolos de la atracción y el enamoramiento al compromiso, para luego ponerlos en contra cuando en la carretera Cora entiende cómo sería su futuro si se va con Frank, y de allí unirlos en el siniestro plan que los llevará en un espiral descendente que los pondrá frente a frente con sus peores miedos y complejos.
En este film se reafirma el concepto que dice que lo importante en el cine negro no es el crimen como tal sino el hecho del crimen y sus implicaciones afectivas y morales. En este caso, la premeditación “espontánea” e involuntaria del crimen se hace realidad posteriormente cuando a la protagonista se le ven amenazados sus planes para, como dice ella, “ser importante”, y aunque no parece tener el carácter de una asesina, su deseo será más fuerte que su moral.


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