Cotard


Ana entra al consultorio, está vacío, como esperaba. Busca en todos los cajones, sus manos empiezan a sudar. Siente que en su vientre se mueve un agujero negro, ya sus piernas parecen no querer moverse pero sigue buscando. Casi asfixiada por el miedo logra abrir una pequeña gaveta de un mueble lateral en cuya superficie reposa, ominosa, una extraña botella de whiskey. Dentro hay unas carpetas ordenadas alfabéticamente con expedientes de pacientes, éstas, a diferencias de los cientos de expedientes que estaban en todas las gavetas de la oficina, tenían en la primera página una fotografía, el primero es de

-         - Ana Cristina Benjumea
o   Síndrome de Cotard
-          -Tratante: Dr. Juan O. Carrillo – Psiquiatra

Ana observa su propia fotografía, su tórax se contrae con fuerza pero parece no ser suficiente el aire, el sudor y la saliva se mezclan en su barbilla mientras sus manos se entumecen. Cae al suelo y con las últimas fuerzas que le quedan abre la carpeta. Tirada en el suelo observa como sobresale una fotografía más grande de ella con un suéter blanco de lana, abrazada por la espalda por un hombre mayor, blanco, alto, ambos sonríen. En su rostro jadeante se dibuja una leve sonrisa. Muere.
La habitación queda inerte, la respiración agitada que llenaba el espacio ya no suena. Una puerta dentro de la habitación, al parecer de un armario, se abre. Sale un hombre mayor, alto, blanco. Se acerca al cuerpo y lo observa como si mirara un abismo desde un rascacielos. Lentamente flexiona las rodillas y doblado sobre sus piernas toma la fotografía y escupe tres palabras

-         - No vales nada

Guarda la foto, la carpeta y transforma su rostro que hace un momento gozaba de un semblante de dios ahora muestra un pánico casi creible, grita

-          -Ayuda! Necesito ayuda! De nuevo la paciente Benjumea!

Todas las muestras de su enfermedad en los ojos del doctor ya no se ven.

Autor: Juan Pablo Monroy Quintero

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